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Hadrián Pernas Pardavila

1 Group of Virology and Pathogenesis, Galicia Sur Health Research Institute (IIS Galicia Sur)-Complexo Hospitalario Universitario de Vigo, Vigo, SERGAS-UVigo, Spain. 

hadrian.pernas.pardavila@sergas.gal 

Versión divulgativa

Desde hace 20 años la comunidad científica comienza a tener datos objetivos de que el tratamiento antirretroviral tiene un impacto directo en la transmisión del VIH. Es por ello que surge la idea de evaluar a parejas serodiscordantes para ver cómo se comporta la transmisión del virus.

Inicialmente, los estudios realizados se basan en ver este comportamiento según el momento de inicio del tratamiento antirretroviral (precozmente o en diferido). Los resultados de estos estudios muestran que existe una gran reducción del riesgo de transmitir VIH en las parejas cuya persona infectada inicia precozmente el tratamiento (reducción entre el 89-93%).

En la última década se plantearon estudios clínicos para evaluar el riesgo de transmisión del VIH tras realizar relaciones sexuales sin preservativo. El estudio PARTNER evalúa un total de 1166 parejas serodiscordantes durante una media de 1 año y 3 meses de seguimiento con un total de 22000 actos sexuales de parejas gay y 36000 actos sexuales de parejas heterosexuales existiendo un total de 0 transmisiones.

Por su parte, el estudio subsiguiente denominado PARTNER 2 que evalúa específicamente las parejas gais evalúa a un total de 782 parejas durante un período de 7 años con una media de seguimiento de 2 años y el registro de 76088 relaciones sexuales de riesgo existiendo un total de 0 transmisiones.

Todo ello evidencia que las personas que viven con VIH en tratamiento antirretroviral y carga viral indetectable no pueden transmitir el virus. Ahora que conoces la evidencia científica, colabora en la transmisión del mensaje INDETECTABLE = INTRANSMISIBLE.

Versión completa

En el año 2000 empezaba a evidenciarse que la transmisión del VIH por vía sexual estaba directamente relacionada con la carga viral de la persona que padecía la infección (Quinn et al. N Engl J Med 2000). Gracias a estos datos, a finales de los años 2000 se planteó la hipótesis de que en las personas que viven con VIH y reciben tratamiento antirretroviral probablemente tenían menos posibilidad de transmitir el VIH. Por esa época empiezan también a publicarse modelos de predicción matemática que demostraban una reducción de la transmisión de la infección por VIH en el contexto de un diagnóstico que se realizaba de forma precoz asociado al inicio rápido del tratamiento antirretroviral (Granich et al. The Lancet 2009). Posteriormente, se desarrollaron otros estudios de carácter observacional que mostraban una reducción significativa de la transmisión de la infección por VIH en parejas serodiscordantes tras la introducción del tratamiento antirretroviral de alta actividad. (Cohen et al. CID 2010; Castilla et al. JAIDS 2005)  

En este contexto, se desarrolla el primer ensayo clínico que estudia el impacto de la transmisión del VIH en función del momento en el que se inicia el tratamiento antirretroviral. Se trata de un estudio que se publica en el año 2011 y donde se decide aleatorizar a personas que viven con VIH con pareja serodiscordante a iniciar el tratamiento antirretroviral de forma precoz vs dilatada. Se llegan a evaluar a un total de 1763 parejas. Lo que se observa es un total de 39 transmisiones de VIH, 4 en el grupo de inicio de tratamiento precoz y 35 en el grupo de inicio tardío. Además, gracias a la realización de análisis genéticos se pudo evidenciar que únicamente 28 de las 39 transmisiones ocurrían dentro de las parejas a estudio, siendo 1 en el grupo de inicio precoz con respecto a 27 en el otro grupo. Esto se traduce en que hay una reducción del 89% de la transmisión del VIH en aquellas parejas serodiscordantes donde se inició el tratamiento precozmente con respecto a los que lo hicieron de forma tardía (Cohen et al. N Eng J Med 2011). Así mismo, se planteó realizar un nuevo análisis en este mismo estudio tras 5 años de seguimiento. Durante este tiempo se produjeron un total de 78 infecciones, y de ellas, se pudieron relacionar con infección en la pareja un total de 46:  3 trasmitidas en el grupo de inicio precoz de tratamiento y 43 en el grupo de inicio tardío. Esto se tradujo en una reducción del 93% del riesgo en las parejas que iniciaban precozmente el tratamiento (Cohen et al. N Eng J Med 2016). Una limitación de este estudio era la infrarrepresentación del colectivo de hombres que tiene sexo con hombres siendo únicamente el 2% de las parejas en cada grupo. 

 

En el año 2016 se publica en la revista científica JAMA el primer estudio que evalúa la trasmisión sexual del VIH en parejas serodiscordantes que están en tratamiento antirretroviral en ausencia de uso de preservativo. El estudio, denominado PARTNER, analizó a 1166 parejas de 14 países Europeos en las cuales la persona seropositiva mantenía una carga viral baja (<200 copias/mL). En este caso hubo una buena representación de parejas gay (38% de las parejas). Se realizó una media de seguimiento de 1 año y 3 meses y se reportó una media de 37 prácticas sexuales al año. En total, se cuantificaron 22000 relaciones sexuales sin preservativo entre parejas gay y 36000 entre las parejas heterosexuales. Durante el período estudiado se notificaron un total de 11 nuevos casos de infección por VIH de los cuales ninguno de ellos tenía vinculación filogenética con el virus de sus parejas, lo que indicó que fue una transmisión fuera de la pareja. El estudio PARTNER, básicamente, describió que entre las parejas serodiscordantes que no utilizan preservativo en el contexto de buen control virológico con tratamiento antirretroviral no existía trasmisión del VIH (Rodger AJ et al. JAMA 2016). 

 

Aún con esta evidencia, dado que la mayor parte de los nuevos casos de VIH se presentó en las parejas gay (10/11), se decide estimar el riesgo específico de estas parejas en una segunda fase del estudio PARTNER (PARTNER2). En este trabajo publicado en la revista científica The Lancet  en 2019 se analizaron 782 parejas durante un período de 7 años y cuyo seguimiento de cada pareja fue de 2 años de media. Se cuantificó un total de 76088 relaciones sexuales. Un total de 288 hombres sin VIH de 777 parejas (37%) informaron de que realizaban prácticas sexuales sin preservativo con otros hombres fuera de su pareja. Hubo un total de 15 nuevos casos de VIH de los cuales ninguno tuvo un vínculo filogenético con el de su pareja. El total de nuevos casos de VIH dentro de la pareja estudiada fue de 0 (Rodger AJ et al. The Lancet 2019). 

 

Con todos estos datos quedó evidenciado científicamente que las personas que presentan buen control virológico del VIH con tratamiento antirretroviral no transmiten el virus por vía sexual (independientemente del tipo de práctica sexual vaginal o anal). De tal manera, que desde la publicación de los resultados del estudio PARTNER, es muy importante difundir el mensaje Indetectable=Intransmisible (I=I), es decir, se ha demostrado con rigurosos estudios científicos que aquellas personas que viven con VIH, que reciben tratamiento y no tienen virus detectable en sangre no pueden transmitir el VIH al mantener prácticas sexuales sin protección (e.j. uso del preservativo). Esto quiere decir que el tratamiento antirretroviral se identifica como una de las herramientas más eficaces para prevenir la transmisión del VIH. Por tanto, es muy importante un diagnóstico precoz de la infección para que el inicio del tratamiento pueda ser lo más temprano posible y evitar así otras posibles transmisiones. Ahora que conoces la evidencia científica, colabora en la transmisión del mensaje I=I. 

Indetectable = Intransmisible: las personas que viven con VIH en tratamiento y con el VIH no detectable no trasmiten el virus por vía sexual. 

DOI 10.24175/sbd-2024-000009

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